"de vez en cuando los amigos tienen el deber de hacerse sentir como cuando eran niños"

Un día más me quedaré sentado aquí
en la penumbra de un jardín tan extraño.
Cae la tarde y me olvidé otra vez
de tomar una determinación.
Esperando un eclipse
me quedaré,
Persiguiendo un enigma
al compás de las horas.
Dibujando una elipse
me quedaré,
entre el sol y mi corazón.
Junto al estanque me atrapó la ilusión
escuchando el lenguaje de las plantas.
He aprendido a esperar sin razón.
Soy metálico en el Jardín Botánico
Con mi pensamiento sigo el movimiento
de los peces en el agua.
Un día más me quedaré sentado aquí
en la penumbra de un jardín tan extraño.
Cae la tarde y me olvidé otra vez
de tomar una determinación.
Esperando un eclipse
me quedaré,
Persiguiendo un enigma
al compás de las horas,
Dibujando una elipse
me quedaré,
entre el sol y mi corazón.








































miércoles, 24 de junio de 2009

Cerebro rígido / cerebro flexible


En una entrada anterior, hace pocos días, hablaba de la imperfección del cerebro y las posibilidades o consecuencias que ello nos produce.

Nuestro sistema nervioso tiene unas limitaciones en cuanto a la cantidad de información que puede procesar. Si pudiéramos expandir nuestro cerebro y ser capaces de pensarlo todo, sentirlo todo, hacer infinitas cosas a la vez no tengo muy claro si eso sería bueno o malo.

Nuestro cerebro, tal como ha evolucionado, es capaz de procesar 126 bits por segundo.

¿Es mucho o poco?

Bueno, si analizamos que durante una conversación, para comprender lo que la otra persona está diciendo debemos procesar 40 bits/segundo y que con los bits sobrantes los utilizamos para analizar su expresión, mantener una conversación interior sobre si lo que dice tiene o no fundamento o hacer consciente el color de sus ojos o la camisa de flores que lleva tan horrenda, la verdad, es que no nos queda mucho más.

Pero... Y si tenemos una preocupación que no nos deja dormir. Y si algo nos lleva por la calle de la amargura que nos hace gastar, en un diálogo interior, vamos a poner 80 bits/segundo. Lo que nos queda no nos da ni para entender como se utiliza un botijo.

De esta forma, muchos de nosotros andamos por la vida con una cantidad "útil" de bits que no nos llega. A partir de aquí se produce toda una variedad de situaciones: mantener una conversación donde emisor y receptor no se escuchan porque no son capaces de procesar la información recibida, olvido las llaves, me dejo el grifo abierto, estoy en clase y no me entero de nada... Es decir nuestra atención está enfocada en otro problema que no nos deja "vivir" con la intensidad que podríamos hacerlo.

¿Sabemos cual es ese problema que nos invade y nos anula?

Sí. Bien. Algo es algo.

No. Entonces debemos buscarlo porque si no estaremos toda nuestra vida viviendo a la mitad de nuestras posibilidades. Dejando una multitud de experiencias pasar de largo.


Así, la información que permitimos que entre en nuestra conciencia se convierte en algo extremadamente importante, de hecho es lo que determina el contenido y calidad de nuestra vida.


¿Cómo podemos hacer para controlar la información que queremos manejar al 100%?


A través del desarrollo de nuestra ATENCIÓN = La capacidad que nos hace seleccionar las señales de información relevantes entre los potenciales millones de señales posibles.


¿Cómo?
¿Que es imposible mejorar la capacidad de atención?
Eso no es verdad.
Claro que se puede.


Ya os lo contaré...

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