"de vez en cuando los amigos tienen el deber de hacerse sentir como cuando eran niños"

Un día más me quedaré sentado aquí
en la penumbra de un jardín tan extraño.
Cae la tarde y me olvidé otra vez
de tomar una determinación.
Esperando un eclipse
me quedaré,
Persiguiendo un enigma
al compás de las horas.
Dibujando una elipse
me quedaré,
entre el sol y mi corazón.
Junto al estanque me atrapó la ilusión
escuchando el lenguaje de las plantas.
He aprendido a esperar sin razón.
Soy metálico en el Jardín Botánico
Con mi pensamiento sigo el movimiento
de los peces en el agua.
Un día más me quedaré sentado aquí
en la penumbra de un jardín tan extraño.
Cae la tarde y me olvidé otra vez
de tomar una determinación.
Esperando un eclipse
me quedaré,
Persiguiendo un enigma
al compás de las horas,
Dibujando una elipse
me quedaré,
entre el sol y mi corazón.








































viernes, 19 de junio de 2009

Bella imperfección

De todo quedaron tres cosas:
La certeza de que estaba siempre comenzando,
La certeza de que había que seguir,
La certeza de que sería interrumpido antes de terminar.

Hacer de la interrupción un camino nuevo,
Hacer de la caída un paso de danza,
Del miedo una escalera;
Hacer del sueño un puente,
De la búsqueda un encuentro.



Fernando Pessoa


Este poema no tendría sentido si nuestro cerebro hubiera evolucionado de una forma más eficiente. Hemos aprovechado lo que nuestros antepasados utilizaron pero al final nos ha quedado una pequeña chapuza. Por ejemplo cuando generalizamos. Bueno, eso sí, nos hace el apaño para vivir. Es verdad, no todo lo hace mal, algunas cosas las hace muy bien.

Pero aun así, debemos constantemente darnos ánimos para continuar, buscar permanentemente no sé qué, caer y levantarnos...
Imaginaros que pudiéramos bloquear nuestros sentimientos cuando quisiéramos, que nuestros recuerdos no fueran haciéndose borrosos (aunque no todos se dispersan y es porque los recordamos de forma constante), que pudiéramos almacenar información concreta en sitios concretos de nuestro cerebro (como un ordenador), que nuestro estrés pudiese estar controlado a voluntad...
Este mensaje será recibido de diferentes formas según el cerebro que lo lea. Un significado (el mío) por varios significantes, según las personas que lo procesen. Ejemplo de la imperfección del lenguaje que nuestro cerebro gobierna. Nos puede llevar a equívoco o nos puede unir más.
Sinceramente, si tuviéramos que diseñar un cerebro seguramente lo haríamos de otra forma. Más eficiente y funcional, no?

Desde mi punto de vista, el cerebro, con todas sus posibles imperfecciones me gusta. No nos hace aburridos porque nos obliga a estar alerta continuamente, nos da un carácter y un temperamento diferente a cada uno, nos da diferentes creencias y convicciones. Y, ser diferentes es sinónimo de riqueza aunque algunas veces nos haga pasar malas rachas. Con la peculiaridad de que unos las pasan mejor que otros.

Pero, imaginaros si cuando no encontramos a alguien conocido por la calle y nos preguntase:

-"¿Cómo estás?
-"Bien, gracias" (-Lo que se suele decir-)

¿Qué pasaría si fuese siempre verdad?
Si siempre estuviéramos bien porque nuestro cerebro nos hiciera sentirnos siempre bien.
Desde ese momento se acabaría la felicidad.
Por eso, la imperfección es bella y es una de las características del ser humano aunque nos obsesionemos con buscar la perfección.
¿Con qué estado peor lo compararíamos para tener sensación de felicidad?
¡Gracias, cerebro imperfecto!

Que suerte tengo de ser muy imperfecto.


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