"de vez en cuando los amigos tienen el deber de hacerse sentir como cuando eran niños"

Un día más me quedaré sentado aquí
en la penumbra de un jardín tan extraño.
Cae la tarde y me olvidé otra vez
de tomar una determinación.
Esperando un eclipse
me quedaré,
Persiguiendo un enigma
al compás de las horas.
Dibujando una elipse
me quedaré,
entre el sol y mi corazón.
Junto al estanque me atrapó la ilusión
escuchando el lenguaje de las plantas.
He aprendido a esperar sin razón.
Soy metálico en el Jardín Botánico
Con mi pensamiento sigo el movimiento
de los peces en el agua.
Un día más me quedaré sentado aquí
en la penumbra de un jardín tan extraño.
Cae la tarde y me olvidé otra vez
de tomar una determinación.
Esperando un eclipse
me quedaré,
Persiguiendo un enigma
al compás de las horas,
Dibujando una elipse
me quedaré,
entre el sol y mi corazón.








































viernes, 24 de septiembre de 2010

Gracias

Todas la mañanas cuando salgo de mi casa me encuentro a una anciana asomada a su puerta observando como la gente se va a trabajar. Bien vestida y peinada. Agarrada al marco de la puerta, su espalda encorvada por el paso de los años y con los ojos muy abiertos. No la conozco de nada pero un día me dio por saludarla. Sorprendida al principio me devolvía el saludo con cara de -no sé quién es o no lo he visto bien-. Ahora cada vez que paso por delante de su puerta me despide con un: "adios, hasta luego" y me lanza un beso con la mano como si fuese alguien de su familia.

Qué bien me sienta ese gesto.
No tiene precio.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es increible el cariño, afecto y respeto que nos inspiran ciertas personas mayores.¿Te has fijado que la mayoría debajo de esa cara marcada de arrugas y experiencia tienen ojos bondadosos?