Al sentarnos en el retrete, el extremo inferior del intestino grueso, porción descendente, queda flexionado.
¿Esto qué supone?
Que debemos hacer un gran esfuerzo muscular para evacuar los intestinos. Favorecemos la posibilidad de estreñimiento crónico y hemorroides.
Hemos evolucionado para escribir libros, imaginar, crear música, pintar pero no para usar el retrete occidental.
O esperamos unos cuantos miles de años más (y ni así) o sería mejor que evacuáramos de cuclillas. Al acuclillarse el colón descendesnte se alinea con el recto y el ano. Así sin esfuerzo alguno, !Pof!. El regalito cae por sí solo y el vaciado es mayor.
Solución:
O nos colocamos como un pollo con los pies en el borde de la taza o utilizamos una pequeña banqueta de un palmo de alta, que podemos poner bajo los pies, llevando de esta forma las rodillas al pecho.
¡Alejop! Nada por aquí, nada por allá y.. ¡Sorpresaaaaaaaaaa!!!
Bueno si te sientes un poco incómodo con mi forma de expresión, voy a copiar las palabras del escritor taoísta Ko Hung:
Quienes aspiren a la longevidad
deben mantener limpio su intestino;
quienes deseen retrasar su muerte
deben mantener su intestino libre de obstrucciones.
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