"de vez en cuando los amigos tienen el deber de hacerse sentir como cuando eran niños"

Un día más me quedaré sentado aquí
en la penumbra de un jardín tan extraño.
Cae la tarde y me olvidé otra vez
de tomar una determinación.
Esperando un eclipse
me quedaré,
Persiguiendo un enigma
al compás de las horas.
Dibujando una elipse
me quedaré,
entre el sol y mi corazón.
Junto al estanque me atrapó la ilusión
escuchando el lenguaje de las plantas.
He aprendido a esperar sin razón.
Soy metálico en el Jardín Botánico
Con mi pensamiento sigo el movimiento
de los peces en el agua.
Un día más me quedaré sentado aquí
en la penumbra de un jardín tan extraño.
Cae la tarde y me olvidé otra vez
de tomar una determinación.
Esperando un eclipse
me quedaré,
Persiguiendo un enigma
al compás de las horas,
Dibujando una elipse
me quedaré,
entre el sol y mi corazón.








































viernes, 16 de noviembre de 2007

Estrés, cebras y seres humanos


¿Por qué las cebras no tienen úlcera? es el título del libro de Sapolsky, profesor de Stanford. Y la respuesta a la pregunta es muy sencilla: Porque no tienen estrés. Cuando un león ataca, son presas de tremendas reacciones hormonales que les hacen salir corriendo. Pero hasta que no intuyen al depredador, están tranquilamente pastando sin elucubrar qué harían si vieran una leona.



Sin embargo , el ser humano tiene la capacidad de adelantarse a los acontecimientos y encima de ser un pesimista de narices (salvo excepciones). De este modo nos pasamos la mayor parte de nuestro tiempo en constante estrés. Aunque no haya ningún peligro aparente. ¿Quiere decir eso que las cebras son más inteligentes que nosotros?

Creo que es el precio a pagar por nuestro desarrollado cerebro. Lo bueno, es que tenemos mecanismos para superar estás situaciones. Estrategias estudiadas científicamente. Ya las iremos viendo en el blog.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

A veces es complicado concentrarse sólo en el momento presente...
Pero la vida es mucho más sencilla si nos dedicamos al hoy...Quizá deberíamos retomar nuestros orígenes animales, aquellos instintos que nos hacen sobrevivir, y sobre todo, simplificar la vida.

Anónimo dijo...

Pero la cuestión es,Dónde queda el freno de mano para el cerebro?
Hasta que punto podemos controlar los pensamientos/sentimientos?