Por si fuera poco, con el abdominal y anal, vamos a hablar sobre el cerrojo de garganta. Seguramente lo habéis estado haciendo sin daros cuenta.
Este ejercicio comprime parcialmente las arterias carótidas y protege de un excesivo flujo de sangre al cerebro cuando estamos haciendo el cerrojo abdominal. Desvía parcialmente la presión que se podría originar en los sensibles capilares cerebrales y redirige el exceso de sangre hacia las extremidades superiores y otras partes del cuerpo.
El acto de cerrar la glotis contrayendo los músculos de la garganta y recogiendo levemente la barbilla produce una apertura de los agujeros por donde salen los “cables” que inervan y controlan importantes funciones musculares y sistemas.
Este ejercicio comprime parcialmente las arterias carótidas y protege de un excesivo flujo de sangre al cerebro cuando estamos haciendo el cerrojo abdominal. Desvía parcialmente la presión que se podría originar en los sensibles capilares cerebrales y redirige el exceso de sangre hacia las extremidades superiores y otras partes del cuerpo.
El acto de cerrar la glotis contrayendo los músculos de la garganta y recogiendo levemente la barbilla produce una apertura de los agujeros por donde salen los “cables” que inervan y controlan importantes funciones musculares y sistemas.
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