Día 28 de diciembre.
Una papaya gorda y hermosa me mira fijamente.
Palcarro!!!
En Nochevieja estuvimos juntos toda la velada charlando de nuestras cosas.
3/4 de su piel era amarilla. Su tacto era firme pero no duro.
Oh!!!! Que maravilla de papaya. Nos lo pasamos genial.
Ella estaba a punto y yo no podía resistirme más.
Los dos días siguientes fueron inolvidables...
Escuchábamos música. Yo leía y ella me hacía compañía.
Me habló de ella. Me dijo que contiene papayotina. Una enzima con propiedades parecidas a la pepsina (enzima que forma parte de los jugos gástricos) y a la tripsina (enzima que forma parte de los jugos pancreáticos) Me confesó que cada vez que se topa con una proteína le da por provocar su disgregación favoreciendo la digestión. Ella es una adicta a la digestión sin problemas. Es diurética. Tiene un contenido en vitamina C más que importante. Me aseguró que sobrepasaba los 190mg.
En fin, durante sus últimos días hicimos todas esas cosas que un hombre puede hacer con una papaya.
3 de enero. Ayer consumé el acto.
Nunca he disfrutado tanto con una papaya como ayer.
Los 845g de papaya pasaron a formar parte de mí.
Ella me regaló su ser sin pepitas. Ni una.
¿Habéis visto una papaya sin pepitas alguna vez? Yo no
Nunca te olvidaré.
Mejor que la cena de Navidad.
PD: Ya tengo otras tres en la nevera.
1 comentario:
Fruta bomba en Cuba. Mucho más grandes que las que encontramos aquí en España. Lo primero que tiene que caerte en el estomago para que todo funcione bien, más aún si tienes problemas estomacales. En cualquier caso riquísimas las papayas. Además se denomina así al órgano sexual femenino. Si eres una papayona, eres una chochona.
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