Un día te levantas esperando que sucedan cosas mágicas. Desayunas con ganas de comerte el mundo. Te pones a trabajar muy concentrado, porque en el fondo sabes que algo va a suceder. Está al llegar. Comes y de repente te viene a la mente que todavía no ha sucedido nada pero seguro que por la tarde ocurrirá. Llega la tarde. No pasa nada. Nada tampoco al anochecer. Cenas y te viene la añoranza. Recuerdos de momentos especiales. Te metes en la cama. Bostezas. Miras al techo. Coges un libro. Lo dejas. Nada mágico ha pasado que yo sepa. Te das media vuelta. Apagas la luz. Comienzas a soñar. Porque sueño yo no lo estoy (por lo menos)
"de vez en cuando los amigos tienen el deber de hacerse sentir como cuando eran niños"
Un día más me quedaré sentado aquí
en la penumbra de un jardín tan extraño.
Cae la tarde y me olvidé otra vez
de tomar una determinación.
Esperando un eclipse
me quedaré,
Persiguiendo un enigma
al compás de las horas.
Dibujando una elipse
me quedaré,
entre el sol y mi corazón.
Junto al estanque me atrapó la ilusión
escuchando el lenguaje de las plantas.
He aprendido a esperar sin razón.
Soy metálico en el Jardín Botánico
Con mi pensamiento sigo el movimiento
de los peces en el agua.
Un día más me quedaré sentado aquí
en la penumbra de un jardín tan extraño.
Cae la tarde y me olvidé otra vez
de tomar una determinación.
Esperando un eclipse
me quedaré,
Persiguiendo un enigma
al compás de las horas,
Dibujando una elipse
me quedaré,
entre el sol y mi corazón.
miércoles, 27 de julio de 2016
sábado, 23 de julio de 2016
Giros de cabeza
(No
veas el vídeo, creo que es mejor dedicar 3h de tu vida
a ver la
película entera, "La vida de Adele".
Increibles actrices. Como la vida
misma. Maravilloso film.)
Entré un un cutre-bar de una ciudad perdida. Pedí un agua con gas. Para mi sorpresa era una botella grande y me la sirvieron en vaso ancho, como a mí me gusta. Me senté en una mesa lejos del aire acondicionado. Delante una gran televisión de pantalla curva donde se podía ver su imagen con todos los detalles tal como si estuvieras dentro del propio televisor. En este caso, había un documental de la sabana africana con muchos leones. Me quedé pillado con las imágenes. Una leona intentaba esconder a su cachorro de otros dos leones jóvenes que buscaban un nuevo territorio para dominar. Después de varias escenas donde se veía a la leona bastante estresada por la presencia cercana de los leones invasores, sucede una pelea y como era de esperar matan al pequeño cachorro. Ella se queda bastante traumatizada pero no le queda mas remedio que resignarse. Aun así, desesperada, atendiendo a su instinto, llama a su cachorro con pequeños y continuos sonidos pero no recibe respuesta. Su cachorrito está muerto. Comienza a caminar errante y perdida sin entender bien qué ha pasado, sin aceptar que su bebé ya no lo volverá a ver. Se mueve lentamente, en silencio. Me da pena.
Tras mucho dudar y horas de indecisión la mamá decide dirigirse hacia el territorio donde vive su madre y su hermana con dos crías. Entre los tonos ocres del atardecer africano se para durante un instante y gira su cabeza echando una última mirada hacia las tierras donde yace su cachorro muerto. Parece un humano. Siente añoranza y dolor. Se puede ver claramente. Acto seguido comienza con gran pesadez los primeros pasos para reunirse con su antigua familia. Me dio la impresión que hasta lloraba de tristeza.
Terminé mi agua gasificada. La imagen de la leona mirando hacia el horizonte donde quedan sus recuerdos me conmovió. Me levanté y abrí la puerta del bar, un golpe de calor asfixiante me dio en toda la cara. También dirigí la mirada queriendo ver más allá, giré mi cabeza a un lado y otro de la calle. Todo en silencio. Nadie paseando. Me volví hacia el camarero y le dije adiós, salí andando muy lentamente. Pensé que la vida es una sucesión de giros de cabeza, un continuo encontrar y perder, encontrar y volver a perder. Que se lo digan a la leona. Que nunca me lo digan a mí.
Baila que da mucho de sí y se aprende a dar muchos giros también de cabeza
lunes, 18 de julio de 2016
Soy moña II
¿Qué es ser moña?
He estado investigando y parece que es un término ambiguo. No hay consenso. Hay un vacío conceptual. El mundo no puede y no debería continuar dando vueltas al sol ni a este lapsus nominal si no se define bien este concepto. Así que vamos a ver si nos ponemos de acuerdo. Para algunos el adjetivo se refiere a:
1.- "gente muy sensible que llegan a ser exagerados hasta el punto que hace que al que este al lado le resulte un pesadito o moñas"
2.- "persona que no se atreve a ná´.
3.- "Ser una persona aburrida, parada, remilgada, pusilánime y sin chispa"
Bueno, bueno, bueno. No.No. Y no.
Ser moña es el arte de hacerse el tonto tan bien que los demás creen que lo eres. Y diría más, es posible que seas tonto, pero lo representas tan bien, tan bien que es imposible que lo seas. Tiene una enorme dificultad porque no todo el mundo puede ser moña. Lo normal es que se sobrepase un delgado límite y te conviertas en un gilipollas. Pero no hay que preocuparse, frenas un poco, te concentras en el papel y vuelves a ser "moña" con todas la de la ley.
John Travolta es el rey del moñismo. Es el punto de mira de la moñez. Si quieres ser un buen moña fíjate en cómo lo hace. Es capaz de hacerse el moña a si mismo. Eso solo es posible si eres un gran maestro. Uma Thurman es una pareja perfecta para él porque le sigue el rollo. Uf, eso es muy difícil de encontrar. Parejas de moñas profesionales. Si quieres ver un buen grupo de moñas bailando, el vídeo que hay a continuación es una excelente muestra.
sábado, 16 de julio de 2016
Soy moña
Comienzas. Disfrutas. Sin saber bien cómo subes y subes y subes. Esto te lleva un tiempo. Pero no es incómodo. Y subes un poco más. Estás en el punto. Dices lo que quieres y piensas lo que te queda. Lo pides. Tranquilamente lo pides. Entonces: PUFF (explosión inmensa) y es posible que un poco más allá, si vuelves a pedir: PUFF y otro PUFF y otro. Y luego bajas lentamente. Suave. Despacito. Si por alguna de estas quisieras, se podría subir otra vez y PUFF, PUFF, PUFF. La locura. La loca locura.
Luego bajas. Como si nada y lo procesas.
miércoles, 13 de julio de 2016
Los vuelos regulares, las manzanas imperfectas y la vida irregular
La vida es irregular y las manzanas son imperfectas. En las fruterías se exponen los mejores y más artificiales productos con el fin de ser vendidos más facilmente. Brillantes, impolutos, redonditos e iguales en su calibre. Como si todos hubieran nacido del mismo brote o del mismo científico loco que despeinado se ríe a carcajada limpia con su cesto lleno de clones frutícolas.
Pues bien, no quiero hablar de agricultura de mercado, me refiero a que en lo imperfecto está la belleza y en lo irregular se manifiesta la vida dando bandazos imprevisibles de un lado a otro de los polos universales, a más velocidad que la velocidad de la luz. Sí, la vida es irregular y gracias a ello nos sentimos vivos y gracias a ello hay vida. La vida no se manifiesta como un continuo. Se expresa caóticamente manteniendo su carácter, eso sí, de "vida no hay más que una".
En fin, tampoco quiero hablar de biología universal, lo que quería decir es que cuando llego a destino subido al querido avión que me llevó, en el mismo instante que el avión frena, la gente imperfecta e irregular se levanta de sus asientos con prisa, con mucha prisa, aglutinándose en el pasillo como placas de ateroma en un avión obeso y sedentario. El pico de la maleta de uno golpea la coronilla de otro. El cuello de aquel, girado de forma inverosímil para no tragarse el botón de aviso de azafatas. Me imagino un mundo donde la gente permanece sentada tranquilamente conversando con su compañero de viaje mientras esperan la apertura de puertas. Un mundo donde al abrirse las puertas de la aeronave los pasajeros viviesen alegremente su llegada con calma y tuviera que subir la Guardia Civil para desalojar el avión, un mundo donde se viviese el aterrizaje y la llegada al aeropuerto como si estuviéramos en una comuna hippie, donde flotase el olor a marihuana, el amor libre y la pachorra comunal.
Me pregunto si en la historia de la aviación, en algún vuelo, se juntaron un grupo de especímenes de homo sapiens que mantuvieron la serenidad y tranquilidad en sus asientos sin agolparse en el pasillo. No, creo que no. Porque eso sería un mundo poco irregular e imperfecto, y nosotros, no somos así. Que disfruten de su viaje. Bienvenidos a su destino humanidad de manzanas y vida. Que vivan las manzanas imperfectas que dan sentido a este mundo entrópico.
Me pregunto si en la historia de la aviación, en algún vuelo, se juntaron un grupo de especímenes de homo sapiens que mantuvieron la serenidad y tranquilidad en sus asientos sin agolparse en el pasillo. No, creo que no. Porque eso sería un mundo poco irregular e imperfecto, y nosotros, no somos así. Que disfruten de su viaje. Bienvenidos a su destino humanidad de manzanas y vida. Que vivan las manzanas imperfectas que dan sentido a este mundo entrópico.
nota: Años después. durante la pandemia de Covid, la gente empezó a respetar la salida del avión bajando por filas mientras los demás estábamos sentaditos. La perfección dentro de la imperfección. Tuvo que cambiar el caos del mundo para que hubiese un poco más de orden. Prefiero el caos público a aquella disciplina militar.
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