"de vez en cuando los amigos tienen el deber de hacerse sentir como cuando eran niños"

Un día más me quedaré sentado aquí
en la penumbra de un jardín tan extraño.
Cae la tarde y me olvidé otra vez
de tomar una determinación.
Esperando un eclipse
me quedaré,
Persiguiendo un enigma
al compás de las horas.
Dibujando una elipse
me quedaré,
entre el sol y mi corazón.
Junto al estanque me atrapó la ilusión
escuchando el lenguaje de las plantas.
He aprendido a esperar sin razón.
Soy metálico en el Jardín Botánico
Con mi pensamiento sigo el movimiento
de los peces en el agua.
Un día más me quedaré sentado aquí
en la penumbra de un jardín tan extraño.
Cae la tarde y me olvidé otra vez
de tomar una determinación.
Esperando un eclipse
me quedaré,
Persiguiendo un enigma
al compás de las horas,
Dibujando una elipse
me quedaré,
entre el sol y mi corazón.








































viernes, 15 de abril de 2011

A ver qué pasa

Hace unos días, alguien me habló de la influencia descomunal que tienen las redes sociales. Habló del programa "REdes" donde se explicaba todo. Cosas como la obesidad, la felicidad, la tristeza o el tabaco, por ejemplo, influyen en nuestros amigos, y a la vez,  en  los amigos de sus amigos. O sea, que si soy feliz, puedo provocar felicidad a través de las redes sociales a personas que no conozco pero al contrario también.
Así que, os voy a poner este enlace para influir sobre todos aquellos que lo veáis y a ver qué pasa.



1 comentario:

Anónimo dijo...

Como tela de araña se va entretejiendo. Puede ser algo positivo si se utiliza como un medio de comunicación masiva encaminada a hacer bien, a reaccionar contra la maldad o la injusticia. Pero el sempiterno "doble filo" hace temer que se utilice mal o de mala manera.Creo en la individualidad aunque seamos seres sociables.Las masas se me representan como rebaños de ovejas. No me gusta que me manejen.