"de vez en cuando los amigos tienen el deber de hacerse sentir como cuando eran niños"

Un día más me quedaré sentado aquí
en la penumbra de un jardín tan extraño.
Cae la tarde y me olvidé otra vez
de tomar una determinación.
Esperando un eclipse
me quedaré,
Persiguiendo un enigma
al compás de las horas.
Dibujando una elipse
me quedaré,
entre el sol y mi corazón.
Junto al estanque me atrapó la ilusión
escuchando el lenguaje de las plantas.
He aprendido a esperar sin razón.
Soy metálico en el Jardín Botánico
Con mi pensamiento sigo el movimiento
de los peces en el agua.
Un día más me quedaré sentado aquí
en la penumbra de un jardín tan extraño.
Cae la tarde y me olvidé otra vez
de tomar una determinación.
Esperando un eclipse
me quedaré,
Persiguiendo un enigma
al compás de las horas,
Dibujando una elipse
me quedaré,
entre el sol y mi corazón.








































lunes, 4 de abril de 2011

Creo que es imposible

Esta carta merece la pena. Apareció en el suplemento semanal de un periódico español:



"Número de registro: 2011897; especie: búho real; causa de ingreso; disparo por arma de fuego; estado: muy grave; pronóstico: fatal. Para este espléndido animal, esta cita supone una sentencia de muerte, ya que un ojo reventado y varios huesos fracturados y desvitalizados hacen imposible su recuperación. Abatido sin escrúpulos por pura diversión, ha resistido consumiendo sus reservas y mantenido intacto su mimético plumaje. Sin embargo, en ningún momento ha perdido su esbelta pose, lo cual me empuja a dedicarle este humilde tributo. Con su único ojo vivo me escruta sin mostrar miedo alguno. Decido respetar su dignidad dejándolo de pie sobre la mesa de quirófano, mientras el analizador de sangre y la reveladora radiografía emiten el veredicto que ya conozco de antemano. A pesar de su avanzada edad (30 años, calculo) y su noble porte, su suerte está echada. Sus penetrantes y anaranjados ojos no volverán a ser testigos de más crepúsculos de fantasía. Con su sobria expresión parece estar diciéndome: -Vamos, haz lo que tengas que hacer...- Diluyo mi frustración en el rojo y letal líquido mientras el gas anestésico adormece a este viejo cazador y pienso: -Puedes irte con orgullo, amigo, que tengas un buen viaje-.

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