Imaginemos que estamos estudiando Pedagogía.
Se supone que es una carrera donde los profesionales que imparten sus clases tienen recursos educativos suficientes para motivar al alumno a la hora de asistir, participar, facilitar e implicar en sus asignaturas al futuro pedagogo.
Estos profesores son especialistas en estos temas y enseñan a sus alumnos qué tienen que hacer en cuanto, repito, implicar, motivar, entusiasmar...
Lo digo porque salvo excepciones ocurre esto:
Se pasa una lista de asistencia a clase que te "obliga" a asistir...
Por supuesto a la mínima oportunidad el 90% de los alumnos optan por la opción de no asistir.
Esto provoca una saturación en las clases. Con gente sentada en el suelo. Al querer abandonar de clase por lo incómodo de la situación se les niega la salida.
Lo más gracioso es que luego te dan las gracias por asistir como si todo fuera un acto voluntario.
Si tomas la opción de no ir tienes una segunda oportunidad de evaluación pero antes de escogerla el profesor te pide que "reflexiones" por la dificultad que esa nueva alternativa resulta.
Es gracioso como cuanto más se le obliga al alumno a prestar atención y asistir menos interés pone.
Es lo que se llaman técnicas impositivas y dictatoriales... pero claro en un contexto que pretende enseñar todo lo contrario. Interesante.
A nuestra Universidad le falta un hervor.
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