¿Ya estamos en Navidad?
Entonces, por qué en el supermercado al que voy, ya tienen todos los cristales llenos de horrorosas bolas de Navidad. Y por qué la calefacción esta a todo trapo cuando todavía no hace frío.
Sucede que al llegar de verdad el frío, como ha pasado otros años, todo el mundo que entra abrigado hasta el cogote, tras sentir a los pocos segundos una sensación de agobio y nauseas debido al asfixiante calor, tiene unas ganas irrefrenables de ir desnudo por los pasillos. Así que no vendría mal que te dieran a la entrada una bolsita de esas para vomitar y una lista de playas nudistas de España.
Me ha dicho el cajero que es por ley.
Dice que a partir de una fecha concreta todos los centros comerciales deben tener la calefacción conectada.
¿Pero al máximo?
¿Pero al máximo?
¿Qué quieren que vayamos por los pasillos del super en pelotas?
¿Que nos sentemos sobre las pechugas de pavo refrigeradas para combatir el calor?
¿Que vayamos con dos cajas de langostinos ultracongeladas atadas a las orejas?
¿Y por qué la sección de refrigerados no tiene puertas?
No creen que es un gasto inútil de energía.
Sale calor por un sitio y frío por otro.
El próximo día que vaya, me voy a llevar el bañador y la toalla y me tumbaré en el mostrador de la pescadería con todo su hielo fresquito. Cuando me apetezca, me daré un chapuzón entre el pez espada y la caballa.