
No. Dije. Buscaré uno más original... Y lo dejé para más adelante.
Una mañana temprano me di cuenta de que la celosía había caído. Por el viento o por un gato que hay en el vecindario y le gusta hacer sus necesidades en mi casa. Cuando levanté el enrejado de madera el saltamontes estaba... ¿escachuflado? ¿Puede ser la palabra exacta? El cuerpo se había salvado entre uno de los agujeros pero una pata estaba rota.
¡Qué pena me dio!
¿Qué hago? Decidí tocarlo y me pareció ver que respondía.
-Lo dejaré así y cuando el sol lo espabile es posible que esa pata pueda moverla- Pensé.
¡Qué pena me dio!
¿Qué hago? Decidí tocarlo y me pareció ver que respondía.
-Lo dejaré así y cuando el sol lo espabile es posible que esa pata pueda moverla- Pensé.
Al cabo de unas horas regresé a casa.
No estaba. Busqué y busqué por los alrededores pero no lo ví.
Sólo encontré su pata bajo la celosía cuando al pasar pisé algo crujiente.
¿Qué habrá sucedido?
Pasó por mi cabeza la posibilidad de que algún pájaro se lo podía haber comido. O que otro saltamontes vino en su rescate. Lo más probable, quiero pensar, es que sacó fuerzas de flaqueza, voló, y ahora se encuentra en algún lugar seguro contando su hazaña a otros pequeños saltamontes.
P.D. : Resiliencia. Flexibilidad y resistencia mental de personas o animales que permite recuperarse ante un hecho importante y adverso en la vida.
La resiliencia es la capacidad que posee un individuo frente a las adversidades, para mantenerse en pie de lucha, con dosis de perseverancia, tenacidad, actitud positiva y acciones, que permiten avanzar en contra de la corriente y superarlas
E. Chávez y E. Yturralde (2006)
La resiliencia es un proceso dinámico que tiene por resultado la adaptación positiva en contextos de gran adversidad
Luthar (2000)
2 comentarios:
Creo que la figura entrañable de Félix Rodriguez , dejó en nuestra generación una humana huella para con los animales, aunque tan solo fueran pequeños "bichitos". Recuerdo que al andar lo hacía mirando al suelo para no pisar hormigas,zapateros o cochimillas, y con los caracoles hasta me agachaba, los cogía si estaban en la acera y los ponía sobre hojas del jardín... y aún lo sigo haciendo. Me alegra saber que aún hay personas tan sensibles con la vida.
Debo añadir porque ayer se me olvidó, que la pequeña historia me ha gustado y sólo añadiré para aumentar tu ya gran sabiduría que "tu saltamontes" era una hembrita. Según me explicó, cierta vez, una compañera de natación, bióloga de estudios, al encontrar otro saltamontes medio ahogado en la piscina al cual rescatamos. Por lo visto las hembras son mucho más grandes que los machos, y cuando maduran y ponen sus huevos... simplemente mueren. Tal vez a la saltamontes de tu terraza le había llegado ya su hora. Un beso, Ángel.
Publicar un comentario