Hola amigos.
Bien.
He estado perdido, lo sé.
Se acerca la temporada de competiciones.
Estoy entrenando y disfrutando, claro.
Pero a veces suceden cosas que rodean a los entrenamientos que me parecen chistosas, anecdóticas, y hasta pesadas.
Voy a intentar llevar una especie de diario de los "sucedidos".
No voy a contar ni lo que corro, ni lo que nado, ni lo que sufro en la bici...
Paqué!
Este año pretendo mejorar mis pésimas marcas pero dentro de unos límites.
¿Cuales?
Los mios.
Por eso llamaré a esta sección: "NO le pidas peras al horno"
Bien.
Empecemos por tres absurdos sucedidos.
El primero fue el miércoles 3/02. Me encontraba haciendo rodillo en casa.
(No estaba haciendo un pastel. Estaba subido en la bici sobre un rodillo)
Cuando me disponía a terminar, se me acaba el agua. Me faltaban 4 km. ¡Espero? No. Voy a la cocina y lleno el botellín. Cojo la jarra la inclino sobre el bidón de agua pero la tapa de la jarra se sale. Casi 1litro de agua se desparrama por la cocina. Como llevaba las zapatillas de la bici resbalo y me pego una importante leche.
Termino, por supuesto los 4km que me faltaban.
Al día siguiente y debido al sobreesfuerzo o qué sé yo... Me sale un herpes labial que todavía lo llevo conmigo.
El tercero.
Hoy me dirigía al gym en bici. Todo el día sin llover. A punto, pero sin llover. Cuando me faltan 5 puñeteros minutos para llegar... cae el diluvio universal. Entro al gym empapado. Me dirijo a los vestuarios. Cojo el secador y no sé por qué me da un chispazo que aún tengo el dedo humeando.
Bien. Eso es todo por hoy.
Estamos en contacto...
Ciao.
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