"de vez en cuando los amigos tienen el deber de hacerse sentir como cuando eran niños"

Un día más me quedaré sentado aquí
en la penumbra de un jardín tan extraño.
Cae la tarde y me olvidé otra vez
de tomar una determinación.
Esperando un eclipse
me quedaré,
Persiguiendo un enigma
al compás de las horas.
Dibujando una elipse
me quedaré,
entre el sol y mi corazón.
Junto al estanque me atrapó la ilusión
escuchando el lenguaje de las plantas.
He aprendido a esperar sin razón.
Soy metálico en el Jardín Botánico
Con mi pensamiento sigo el movimiento
de los peces en el agua.
Un día más me quedaré sentado aquí
en la penumbra de un jardín tan extraño.
Cae la tarde y me olvidé otra vez
de tomar una determinación.
Esperando un eclipse
me quedaré,
Persiguiendo un enigma
al compás de las horas,
Dibujando una elipse
me quedaré,
entre el sol y mi corazón.








































viernes, 26 de febrero de 2010

Tetris fatal


Algunas veces no puedo remediar el que aparezca en mi mente la idea de que hay una gran mayoría de altos cargos,  en el ámbito de la salud, la economía, el trabajo, la infancia, el deporte, las artes, las ciencias, la comunicación, la investigación...blablabla, y sobre todo la política, donde como digo, la persona que ocupa ese alto rango tiene muchas posibilidades de haber sido en su infancia el tonto de la clase. Y no me refiero al que sacaba peores notas. En mi escuela el tonto de mi clase fue nombrado delegado.

En un principio esto acarrea una falta de comprensión porque no se entiende el por qué hace o deja de hacer. La solución es clara: asimilar que es un tonto, con sus penurias, en una posición de privilegio. ¿Qué estamos haciendo mal para que estos personajes lleguen tan lejos? Debe haber algún tipo de atracción por parte de esta gente hacia los puestos de importancia.

Es como el Tetris.
El puesto está esperándolo en el fondo de alguna administración o empresa, con sus "características específicas", en cuanto a poder y control. De repente, el tonto aparece por cualquier lado del inmenso y oscuro espacio,  se le ve venir que cae del limbo a una velocidad determinada y constante, unos de uno color otros de otro, unos golpes en la espalda por aquí, un giro inesperado por allá y  "clik".  
Justo.  Tal para cual.
Puesto para tonto.
Los dos encajan perfectamente.
Hay que seguir investigando porque esto se complica.
No paran de caer tontos del cielo.


Me parece que no lo estamos haciendo bien...

"En el mundo actual, se está invirtiendo cinco veces más en medicamentos para la virilidad masculina y silicona para mujeres, que en la cura del Alzheimer. De aquí a algunos años, tendremos viejas de tetas grandes y viejos con pene duro, pero ninguno de ellos se acordará para que sirven".

Oncólogo brasileño, Drauzio Varella

viernes, 12 de febrero de 2010

"No le pidas peras al horno"

Hola amigos.
Bien.
He estado perdido, lo sé.

Se acerca la temporada de competiciones.
Estoy entrenando y disfrutando, claro.
Pero a veces suceden cosas que rodean a los entrenamientos que me parecen chistosas, anecdóticas, y hasta pesadas.
Voy a intentar llevar una especie de diario de los "sucedidos".
No voy a contar ni lo que corro, ni lo que nado, ni lo que sufro en la bici...
Paqué!
Este año pretendo mejorar mis pésimas marcas pero dentro de unos límites.
¿Cuales?
Los mios.
Por eso llamaré a esta sección: "NO le pidas peras al horno"

Bien.
Empecemos por tres absurdos sucedidos.
El primero fue el miércoles 3/02. Me encontraba haciendo rodillo en casa.
(No estaba haciendo un pastel. Estaba subido en la bici sobre un rodillo)
Cuando me disponía a terminar, se me acaba el agua. Me faltaban 4 km. ¡Espero? No. Voy a la cocina y lleno el botellín. Cojo la jarra la inclino sobre el bidón de agua pero la tapa de la jarra se sale. Casi 1litro de agua se desparrama por la cocina. Como llevaba las zapatillas de la bici resbalo y me pego una importante leche. 
Termino, por supuesto los 4km que me faltaban.

El segundo.
Al día siguiente y debido al sobreesfuerzo o qué sé yo... Me sale un herpes labial que todavía lo llevo conmigo.

El tercero.
Hoy me dirigía al gym en bici. Todo el día sin llover. A punto, pero sin llover. Cuando me faltan 5 puñeteros minutos para llegar... cae el diluvio universal. Entro al gym empapado. Me dirijo a los vestuarios. Cojo el secador y no sé por qué me da un chispazo que aún tengo el dedo humeando.

Bien. Eso es todo por hoy.
Estamos en contacto...

Ciao.