Si alguna vez fui luz de gas
Fue para descubrirte
De mi permanente anémico corazón.
Sabrás, que en algún momento, mi saliva
Empañó el delgado cristal
Que separaba tu boca y la míaPara esconder mis desconfianzas.
Sin querer, nuestros temblorosos cuerpos
Lamieron el vacío espacio sagrado
Cómo un inesperado regalo
Que el fogoso Edén nos ofreció.
Oscuro fue nuestro primer segundo de vida
Sin rumbo desde el primer paso,
Sin sentido desde nuestros orígenes.
No sufrir la eterna tortura
Del majestuoso beso revelador
Es nuestra búsqueda.
Mirso de Tolina